Hoy en día los alimentos constituyen la mayor amenaza para la naturaleza, incluyendo los ríos y océanos. A medida que crece la población mundial y aumenta la demanda de alimentos, la agricultura se expande e intensifica a un ritmo insostenible.

La producción de alimentos es el mayor impacto humano que tiene el planeta. El uso ineficiente del agua, la conversión de hábitat, gases de efecto invernadero (GEI), degradación del suelo, y la contaminación por agroquímicos, son problemas relacionados con los alimentos producidos todos los días (WWF-US, 2020).

Es importante tomar conciencia del daño ambiental que causa la producción de alimentos, como consumidores tenemos el poder de reducir el impacto ambiental que tiene esta gran industria. Siendo selectivos con los alimentos que consumimos, logramos reducir deforestación, pérdida de suelos, y uso excesivo de fertilizantes.

Debemos mejorar nuestra producción y aumentar la eficiencia para evitar la conversión continua del hábitat y reducir la amenaza de escasez de agua, cambio climático y desastres naturales.

Significa reducir la presión sobre la naturaleza al mejorar la salud de los suelos degradados y ayudar a los pequeños agricultores a aumentar los rendimientos mediante la adopción de mejores prácticas agrícolas.

Y significa adoptar enfoques de planificación integrados, que reúnen a comunidades, empresas y gobiernos para aprovechar al máximo nuestros principales paisajes.

Mejorar la trazabilidad para aumentar la transparencia y la rendición de cuentas también contribuirá, al igual que abordar la composición de los alimentos para animales, ya que también estos impactan al planeta.

En la próxima década, queremos ver que al menos la mitad del área utilizada para la agricultura y la acuicultura se gestione de manera sostenible, sin que se conviertan nuevas áreas.

• Conoce de dónde proviene tu comida: pregunta a los almacenes, carniceros y pescaderos cómo obtienen sus productos.
• Apoya a las empresas que son transparentes acerca de sus ingredientes y de dónde provienen.
• Si una empresa se niega a usar ingredientes sostenibles, ¡piensa en comprar una marca diferente!
• Si estás comiendo pescado o carne, intenta comprender de qué se alimentó el animal: ¡tú eres lo que comes!
• Compra alimentos que hayan sido certificados como sostenibles
• Apoya a los pequeños agricultores locales y asegúrate de pagar un precio justo.
• Promueve el uso de técnicas para la agricultura como la hidroponía (agricultura sin suelo).