Aunque es fundamental para toda la vida -y para la mayor parte de la actividad económica- el agua se ha infravalorado sistemáticamente en relación con la amplia gama de usos y beneficios que proporciona. Sin embargo, con los nuevos métodos y marcos de valoración que se están desarrollando, los gobiernos, el sector privado y las instituciones financieras están comenzando a progresar en el reconocimiento del valor más amplio del agua. A medida que avanzan estos debates, creemos que es importante arrojar luz sobre un desafío paralelo e igualmente crítico: el fracaso constante de las economías y las sociedades en la valoración de los ríos por todo su espectro de beneficios.