El mundo se reunirá para la COP30 en Belém, Brasil, en pleno corazón de la selva amazónica, diez años después del histórico Acuerdo de París, aprobado por 195 países durante la COP21. Nos enfrentamos a peligrosas brechas: entre las palabras y la acción, entre las promesas y la realidad.

Los países han asumido compromisos, pero aún existe un abismo entre lo prometido y lo que exige la ciencia, sin mencionar la distancia con lo que realmente se está implementando. Estas brechas se miden en vidas perdidas, medios de vida destruidos y tiempo desperdiciado.

La COP30 debe ser el momento en que cerremos la brecha (#CloseTheGap). El progreso no ha sido lo suficientemente rápido: necesitamos hacer más y hacerlo más rápido.  Las decisiones que tomemos en los próximos cinco años moldearán el planeta por generaciones. Las decisiones que se adopten en Belém pueden ayudar a definir ese camino.  Para garantizar un planeta habitable, WWF espera avances urgentes en cada una de las siguientes áreas:

• Cerrar la brecha: Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional (NDCs) y la Agenda de Acción alineadas con el límite de 1,5 °C y con los resultados de las negociaciones.
• Finanzas climáticas: acordar mecanismos y montos concretos de financiamiento para la acción climática y los bosques tropicales, ya sea en forma de marcos, procesos o cifras.
• Protección de los bosques tropicales: incorporar de forma más sólida acciones para detener y revertir la deforestación y la degradación de los ecosistemas dentro de las negociaciones climáticas. Al igual que promover la creación de un nuevo mecanismo de trabajo sobre clima y naturaleza.
• Adaptación: asegurar un financiamiento adecuado para la adaptación climática. Así como poner en marcha el Objetivo Global sobre Adaptación (GGA).
• Transición energética: acordar un cronograma para eliminar progresivamente los combustibles fósiles. Al igual que se busca triplicar la capacidad de energías renovables y duplicar la eficiencia energética para 2030.

El tiempo se agota, pero aún tenemos opciones. Sabemos que las emisiones deben reducirse casi a la mitad respecto a los niveles de 2019 para 2030.

Sabemos cuál es el principal impulsor del cambio climático. Sabemos que el G20, como las mayores economías del mundo, es responsable del 85% de las emisiones globales. Esta amenaza existencial para el planeta no es inevitable: es cuestión de decisiones.

Las soluciones están a nuestro alcance. Podemos abandonar los combustibles fósiles contaminantes, impulsar las energías renovables, transformar nuestros sistemas alimentarios y proteger y restaurar la naturaleza, incluyendo la detención de la deforestación.

Actuar ahora contra el cambio climático no solo ayuda a evitar sus peores impactos, sino que también construye comunidades más saludables, economías más fuertes y futuros más seguros.